Rusia llega a este encuentro con un impulso importante bajo la conducción de Valery Karpin, respaldada por resultados recientes como la contundente victoria 3-0 sobre Bolivia y un empate sólido ante Perú, además de mantener un promedio superior a dos goles por partido en sus últimos cinco compromisos. Su fortaleza reside en una combinación de solidez defensiva y el peso de la localía, donde tradicionalmente se hace fuerte. El plantel, compuesto en su mayoría por jugadores del torneo local, se ve potenciado por figuras con experiencia internacional como el arquero Matvéy Safónov (PSG), Aleksandr Golovín (Mónaco) y Aleksei Miranchuk (Atlanta United), quienes aportan jerarquía y equilibrio a un equipo que llega confiado y bien estructurado.
Chile llega a este compromiso con sensaciones mixtas, pues aunque suma dos victorias en sus últimos cinco partidos, las derrotas recientes siguen evidenciando una marcada irregularidad en su rendimiento, especialmente cuando juega como visitante, donde su fragilidad se hace más notoria. En las Eliminatorias CONMEBOL rumbo al Mundial 2026, la Roja firmó una de sus campañas más difíciles, finalizando en el puesto 10 con apenas 11 puntos en 18 partidos, números que reflejan su limitado poder ofensivo —solo 9 goles, un promedio de 0.5 por encuentro— y una defensa muy castigada, con 27 tantos en contra. Su duelo más reciente, un 0-0 ante Uruguay en casa, dejó nuevamente la sensación de un equipo que compite pero al que le cuesta generar peligro sostenido, llegando a este encuentro con la necesidad de recuperar confianza y encontrar mayor consistencia en su juego.
