Portugal llega a este encuentro después de una racha reciente marcada por tres victorias, un empate y una derrota en sus últimos cinco partidos, siendo esa caída —un 2-0 ante Irlanda en la jornada anterior— un llamado de atención para la “Seleção das Quinas”. El equipo ha mostrado pasajes de gran producción ofensiva, con un volumen constante de llegadas y capacidad para presionar en campo rival, pero también ha evidenciado lapsos de desconexión defensiva que permiten a sus oponentes entrar en el intercambio de ataques con demasiada facilidad. Esta dualidad convierte a Portugal en un equipo tan peligroso como vulnerable por momentos, obligado a recuperar solidez para evitar que esos altibajos condicionen su desempeño en este nuevo desafío.
Armenia llega a este encuentro en un tramo claramente irregular, con cuatro derrotas y solo una victoria en sus últimos cinco partidos, una racha que se agravó con su reciente caída 0-1 ante Hungría. Esta tendencia revela las dificultades de la “Havaqakan” para sostener resultados, sobre todo cuando juega como visitante frente a selecciones de mayor jerarquía como Portugal, donde suele sufrir en intensidad, control y manejo de las transiciones. Además, disputar el partido en el Estadio do Dragão inclina aún más el escenario a favor de los portugueses, ya que allí la Seleção suele imponer el ritmo con posesiones largas, circulación ofensiva constante y un volumen alto de aproximaciones al área rival, un contexto que puede exponer las fragilidades armenias a lo largo del encuentro.
