Italia llega a este partido después de un triunfo agónico 2-0 sobre Moldavia, resuelto en los minutos finales con goles de Gianluca Mancini al 87’ y Pio Esposito en el descuento, una muestra de carácter en un duelo que parecía estancado. La Azzurra suma cinco victorias consecutivas en la competición y mantiene un rendimiento sólido bajo el mando de Gennaro Gattuso; sin embargo, la pesada derrota 0-3 sufrida ante Noruega en la primera jornada continúa marcando su destino, pues prácticamente los condena al repechaje. Italia está virtualmente asegurada en el segundo lugar del grupo, pero llega con la urgencia de evitar un tercer playoff consecutivo sin éxito, cargando la presión de romper esa racha y recuperar la autoridad histórica que alguna vez la distinguió en fases clasificatorias.
Noruega llega a este partido en un estado de forma arrollador, después de golear 4-1 a Estonia y aplastar 5-0 a Israel, resultados que consolidan una campaña perfecta con seis victorias en seis partidos y un pleno de 21 puntos. Con Erling Haaland como referente goleador y Martin Ødegaard manejando los hilos del equipo, esta generación se ha convertido en la más talentosa que el país ha visto en décadas, combinando potencia ofensiva, intensidad y una organización táctica muy sólida. A un paso de alcanzar algo que no logran desde Francia 1998 —clasificar nuevamente a un Mundial—, los nórdicos se presentan como un rival temible, en plena madurez competitiva y con la convicción de que este es su momento histórico para regresar a la élite del fútbol internacional.
